No cabe duda que este año tendremos que agradecer a la organización del Festival de Vila del Mar. Gracias a la visita en una misma semana de tres verdaderas leyendas musicales, fue posible organizar en la ciudad de Santiago un espectacular recital triple que reunió nada menos que a Peter Frampton, Journey y Earth, Wind and Fire.
El encuentro, al que asistieron más de 14 mil personas (me cuento junto a mi señora), se realizó el 23 de febrero de 2008 y duró casi 5 horas. Los que estuvimos allí, realmente, lloramos de alegría. Y no era para menos.
El primero en tocar fue Peter Frampton. Este británico nacionalizado estadounidense, leyenda viviente del rock, cuya cantidad de premios Grammy no caben en su casa, tuvo la delicadeza de mostrarnos una hora de su arte esa noche. Su sonido pulcro, su voz pastosa y cuidada, un estado físico envidiable, canciones del recuerdo, sumado a una tremenda cantidad de tributos, como Black Hole Sun de Soundgarden, hicieron que las 14 mil personas que casi llenamos el recinto, realmente termináramos gritando y aplaudiendo de pié. Se pasó, sin lugar a dudas. Tal fue el relajo, que Frampton tocó un repertorio parecido al interpretado en Viña del Mar, pero claramente más potente y mejor e, incluso, se dio tiempo para bromear y hacer reír a todos con sus palabras llenas de alegría mientras acercaba su boca a un distorcionador.
Posteriormente siguió lo más esperado de la noche: Journey. Esta tremenda banda nacida del alero de 3 músicos provenientes de la gran agrupación de Carlos Santana, sorprendió por un potente sonido, su cuidado estado físico y la dedicación que colocaron en su trabajo sobre el escenario. Demostraron respeto, profesionalismo, dedicación y amor al público y eso se notó durante la hora y media, donde lo dejaron todo.
Tras un tremendo éxito logrado con su nuevo cantante, el filipino Arnel Pineda, en el Festival de Viña del Mar la noche anterior, se notó que este pequeño pero poderoso intérprete está para grandes cosas. En su país tocó casi 15 años con diferentes bandas tributo y, saboreando el éxito con “The Zoo”, fue descubierto por Journey vía YouToube.
Claramente nadie jamás podrá tener la misma voz de Steve Perry, otrora líder de la banda y quien fue el responsable de llevarla al éxito y marcar su destino para toda la vida. El fantasma de Perry es innegable y una cruz que sus fundadores deberán llevarse hasta la tumba, pero las canciones perduran y los fans están ayudando a que Journey resucite sus viejos y poderosos éxitos a costa de no ver nunca más a Perry, quien no quiere ver ni en pintura a sus ex compañeros y menos pretende abandonar la tranquilidad de su casa y la compañía de su gato.
Pineda sonó bien, monstruosa y poderosamente bien. Se notó que su voz la preparó durante más de una década gracias a su trabajo en bandas que cantaban sin cesar a Perry y a otros como Foreigner.
Arnel no sólo se conectó con el público, se movió muy bien en el escenario y derrochó energía, voz poderosa, afiatamiento con la banda y lo mejor, un notable y absoluto respeto por las canciones que él interpretó durante su vida, pero que no le son propias. Como que existió de su parte una especie de rendición ante la figura de Perry, que más que mal, es el cantante que más admira en este mundo y que claramente es una de las mejores voces que ha tenido la música en su historia.
Las críticas a la llegada de Journey no se hicieron esperar y provienen de periodistas que no tienen idea de la historia del rock estadounidense. Journey ya lleva más de 30 años tocando casi interrumpidamente, su discografía se compone de un rock progresivo y melódico, que imitado, jamás ha sido capaz de ser igualado o superado. Si bien sus principales éxitos se componen de baladas, su batería de poderosos temas como “Separate Ways”, “Ask The Lonely” o “Chain Reaction”, son sólo una milimétrica muestra, de lo trascendental y notable que es este grupo.
Y en cuanto a Arnel Pineda, a pesar de la semejanza en estilo y voz a la de Steve Perry, su llegada no debe sorprender ya que en épocas pasadas (2000 al 2004), otro notable cantante, Steve Auguery, conmocionó más a los fans ya que no sólo cantaba casi igual a Perry sino que, además, era físicamente muy parecido. Lo peor de todo es que pudo conquistar a los fanáticos gracias a su delicadeza, caballerosidad y por sobre todo, cercanía a las masas, hechos que por el contrario, se le criticaron a Perry, ya que se sabe divo.
Journey es Perry, como Queen es Mercury. Es imposible escuchar las canciones clásicas con una voz que no sea similar a la de Steve Perry, por lo mismo, no hay que pensar que Pineda es una imitación o un clon. El un cantante que respetando la figura de Perry, tiene una voz y vibrato similar y que permite que la banda suene como hace 20 años. Ese hecho lo ha conseguido Journey durante la última década y es la clave que le ha permitido mantenerse vivo y tocando en escenarios, hecho que no ha podido ocurrir con Queen, ya que si bien la figura de Mercury es demasiado gravitante, tampoco hay ningún cantante que hoy suene como él y sea como él, o sea, como un genio.
Finalmente y ya de madrugada llegaron los Earth, Wind and Fire. Otro grupo destrozado por la crítica chilena por su presentación en Viña. Los llegaron a comparar con “músicos de casino”, por la manera en cómo sonaron y se movieron en el escenario. Vergüenza les debería dar a aquellos pseudo profesionales. Los morenos estadounidenses claramente fueron lo más sorprendente de la noche. Ellos fueron otro grupo que demostró lo que significa ser un grande. Mientras vemos como artistas chilenos que se suben al escenario sólo tienen como expectativa “pasarlo bien arriba del escenario”, Earth, Wind and Fire subió a trabajar y a hacerlo bien.
Su sonido sonó perfecto, las voces poderosas y cultas y mostraron una tremenda coordinación rítmica y armónica en el escenario. Notables dinosaurios que demostraron realmente lo que era el funk y el pop del bueno. Notables.
Para ver videos de este recital, ingresen a www.youtube.com/giordanoluna