Carta Abierta a Windows XP: Te Dejo por Seven, Aunque No Te Olvidaré

Bill Gates con su Compaq Presario minutos antes de "matar" al DOS en el lanzamiento de Win XP en Nueva York Recuerdo que hace casi una década me invitaron a tu nacimiento, en un día no muy caluroso en Nueva York, dos meses antes de la tragedia de los atentados contra Las Torres Gemelas. Bill Gates (uno de tus padres) se veía joven, exultante, y seguro (como siempre). Juntó a los presidentes de Gateway, Dell, Hewlett Packard, Compaq, Amazon y otros en una mesa redonda para la prensa y en ella hablaron sobre las infinitas posibilidades de un sistema operativo que en esos años, era revolucionario, completamente novedoso, hermoso, intuitivo, estable, inteligente y seguro. Todo lo bueno de Windows 2000, la plataforma NT y con una interfaz realmente hermosa, juntaba la nueva “experiencia” en sistemas operativos.

Y fue una revolución. Estuve allá gracias a Microsoft y a la decisión de mi editora de la sección de tecnología de La Tercera que confió en mí, la misión de ver si efectivamente ese lanzamiento cambiaría la computación añosa, como la veíamos hasta ese día.

Windows XP, cumpliste ya una década y durante tu vida fuiste el responsable del desarrollo de la computación personal como la vemos hoy y también de los grandes desastres en seguridad que vivimos durante años, al igual que otros fiascos que casi hunden la credibilidad de la compañía y de Windows y que incluso le costaron la salida a tu padre, Jim Allchin y adelantaron la decisión de Gates de no seguir al mando de su empresa.

Cuando fuiste lanzado, muchos se escandalizaron porque requerías casi 1Gb de espacio en disco duro y 256 MB de memoria ram como mínimo. Walter Mossberg, el padre del periodismo de gadgets en Estados Unidos, reclamaba que su antigua computadora no sería compatible y mi gran amigo y colega Alexis Jéldrez del Mercurio, le decía a Gates en su cara que su hijo tendría que botar su Pentium II de 64mb de ram a la basura por los exagerados requerimientos mínimos. Hoy la anécdota parece un mal chiste.

Luego vino Vista. Un cúmulo de buenas ideas que jamás llegaron a buen puerto. 5 años de desarrollo, decenas de millones de dólares invertidos, fue el padre de los sistemas operativos con ventanas bidimensionales e interfaz transparente. Pero no fue capaz de introducir un revolucionario sistema de archivos llamado WinFS (que jamás pudo ser terminado) y muy pocos saben que cuando estuvo lista la primera versión, el equipo de desarrollo no pudo compilarlo ni empaquetarlo para poder convertirlo en el primer beta público. Finalmente Vista fue un híbrido que trató exageradamente de entregar seguridad mediante trabas internas de uso y su mal sistema de arquitectura que finalmente se comía a las máquinas antiguas, tratando de solventar una apariencia bonita… pero nada más.

Windows 7 puede llegar a convertirse, tal vez, en otro Windows XP. Microsoft nuevamente, como hace 10 años atrás, lo pensó mejor, trabajó más profesionalmente, con humildad, escuchando a los usuarios, haciendo caso al mercado y tras muchos ensayos y errores, sacó velozmente al mercado tu reemplazo natural y de paso, es la invitación formal (con las disculpas del caso, pero sin descuentos) para que todos los que sufrieron con Vista, puedan ver un nuevo horizonte.

El uso con 7 es distinto. Tras 10 años de usar XP, definitivamente mi amado sistema operativo, que me unió a él porque fui parte de su nacimiento, definitivamente me estaba comenzando a cansar. Su interfaz se estaba convirtiendo en algo poco querible, su seguridad, a pesar de los parches y services packs (que hicieron mucho, hay que reconocerlo), ya no me daban confianza. Sus librerías, a pesar que eran muy robustas, no aguantaban más de dos años sin que el OS se corrompiera completamente y finalmente llegué a ver con mi esposa que para arrancar un notebook de doble núcleo basado en Centrino con 1 GB de Ram, podía demorarse hasta 4 minutos en cargar y otros 3 en terminar de esperar que cerrara los procesos de inicio. Insufrible.

Al escuchar y leer las críticas de Seven, pensé que el mundo estaba siendo benévolo con Microsoft. No puede ser que Windows 7 sea tan bueno como muchos dicen. Recordé que Microsoft siempre vive de intenciones, pero no se caracteriza por hacer las cosas tal como deberían ser: o sea buenas. Pero como XP ya no me amaba y yo a él tampoco, decidí lanzarme. Compré una licencia de 7 Pro y lo instalé en un minibook Dell basado en un sistema Intel 64 Bits SU 4100 (un poco superior a un Atom N280). Y lo reconozco: fue una cachetada de velocidad. No hay cuelgues, no hay esperas, no hay caídas, no hay latas. Sólo es inmediatez, velocidad, estabilidad, disponibilidad.

En Vista, la nueva organización de archivos y carpetas era realmente frustrante. Incluso muchos hoy siguen buscando cómo conectar su PC a una red doméstica (lo siento, tampoco yo sé). Con 7 es como trabajar con ambiente NT o XP, pero mejorado, intuitivo y cercano. No hay 300 vueltas para llegar a destino, todo es más simple, todo es más tranquilo, todo es menos frustrante.

La interfaz mantiene las mejoras creadas con Vista, pero no te come la máquina. La instalación puede demorar no más de 30 minutos en un sistema que no sea más antiguo de dos años. Con 1 GB de ram corre bien y con 2, definitivamente vuela. Windows Update baja todo sin molestarte y también los controladores que la instalación no reconoció. Los instala, te avisa, se reinicia y listo.

La arquitectura de archivos está mejorada. Con XP, tras una instalación limpia, la fragmentación podía llegar al 40%, con 7 no supera el 5% o 10%. Con esto no tienes que hacer el mantenimiento tras echar a andar el equipo. Acá instalas, actualizas automáticamente y disfrutas.

Ah, y si quieres “estirar” tu licencia a dos computadores, al menos las OEM no lo aguantan o no son tan “tolerantes” como en XP. Acá una licencia, un sistema. Por lo mismo, te entrega la posibilidad de ingresar con posterioridad una nueva clave de producto para que lo dejes autorizado y activado. Con ello te ahorras estar reformateando todo desde el inicio para meter un nuevo código.

Y si quieres iniciar la instalación limpia y no eres un experto, el sistema muestra didácticamente como partir, formatear e instalar. No tienes que estar cargando controladores ni esperar 5 a 10 minutos para que aparezca el primer menú.

Lo siento XP, pasamos muchos años juntos. Fui uno de tus beta testers, te traje de Nueva York y estuviste fielmente conmigo y con mi familia. Pero lo lamento, ya te volviste viejo, añoso y parece que pronto estarás muy obsoleto. Prometo guardarte en un lugar destacado en la biblioteca de programas de mi casa. Tal vez te hable e incluso te reinstale gracias al Virtual PC que soporte Windows 7 Pro, pero definitivamente hay otro que soportará mi trabajo. Y hasta el momento este nuevo Windows, al menos para mí, se ha sacado un 7.

Te quiero XP, hasta siempre.

2 respuestas a «Carta Abierta a Windows XP: Te Dejo por Seven, Aunque No Te Olvidaré»

  1. Estimado Giordano : Comparto contigo la experiencia XP pues he vivido este mundo informático un poco más que tú, principalmente luego de ver mi carné.Iría mucho más allá pues desde el uso casi cavernícola de Windows 95 y pasando por la pesadilla de Millenium, Microsoft demostró en su momento que con XP las cosas podían funcionar. Hoy, y dejando a un lado el fiasco de Vista, nos vemos asumiendo el cambio a 7, y porque la tecnología la hemos cambiado entre todos, sin duda que este S.O promete y ojalá se quede por un buen tiempo acompañándonos a todos quienes podemos pagar por su licencia y a los otros, pues recordarles que pueden optar por alguna distro de Linux gratis.Nadie obliga a nadie y al menos en este caso, el vivir esta nueva experiencia con 7, es bienvenida.

  2. Gracias por la mención, amigo Giordano! Fue muy interesante ese viaje que compartimos. Fue en octubre del año 2001, un mes después del atentado a las Torres Gemelas, y en Ground Zero todavía salía humo y hedor.Mi experiencia con Windows XP en general ha sido buena. Sobre todo usando la versión Professional, que nos regaló esa vez Microsoft.Fue un viaje maravilloso en que compartimos muchas experiencias. Aprendimos mucho.Recuerdo que Compaq nos regaló un reproductor MP3 muy chico, que era como de 64 MB. ¡Ja ja ja!

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