Bastante agua ha pasado bajo el puente desde el estreno de Pro Evolution Soccer 2011 (PES) y me impacta lo poco que se ha hablado formalmente de él, versus lo que sí se ha mostrado de FIFA 11. ¿Marketing? ¿Una arremetida completa de EA contra Konami? ¿O es que simplemente FIFA 11 llegó a un grado de mejoramiento que coloca en duda el reinado de PES?
Posiblemente todas las anteriores.
Desde su llegada a las estanterías, el título se ha vendido bien, pero no a los niveles de las versiones 2009 y 2010. En esta última saga, junto con incluir la tradicional Champions League y Europa League, PES 2011 incluye la Copa Santander Libertadores, con pocos equipos para elegir, pero al menos tiene a los más representativos, incluyendo a Chile con Universidad Católica, Universidad de Chile y Colo Colo.
¿Qué más? Ah sí… PES 2011 es complicado. Muy, muy complicado.
Si en la versión 2010 encontrábamos que los menús eran algo difíciles de manejar, pero al menos era intuitivos, en 2011 hay un completo rediseño, que privilegia el movimiento del cursor sobre ellos, en vez de la simplicidad de los botones. Mal. Esto significa que para hacer cambios de jugadores debes marcarlos, arrastrarlos y superponerlos por sobre los de la banca. Una pérdida de tiempo si estás con un grupo de amigos que no tienen mucha paciencia, para esperar que prepares tu escuadra.
El juego propiamente tal, también ha cambiado. Para muchos será algo extremadamente atractivo, para los menos, un fastidio.
El nuevo motor de PES 2011 y las mejoras en la inteligencia artificial, tienen un rediseño en la forma del desplazamiento del balón y también, en la experiencia del juego en sí mismo.
Si en 2010 era posible hacer jugadas de habilitación casi automáticas, con sólo tener la posesión del balón y tirándolo hacia adelante, en 2011 no sólo es mucho más complicado la tenencia del esférico, es más, es casi imposible mantener tranquila tus sagas, ya que la presión del rival es implacable, el dominio de la pelota es complicado, y los pases deben ser dirigidos hacia compañeros libres, posicionados y en proyección.
¿Te la explico más simple?
En PES 2010, jugando con Manchester United, podías pegarte un carrerón con Nani por la banda izquierda de unos 80 metros y luego habilitar a Rooney con un pase diagonal, sin siquiera mirarlo o incluso, sin saber si estaba ahí. Rooney retiene el balón, hace dos fintas y luego con un suave toque del botón, te la incrustaba en el arco. En 2011, Nani no corre tanto, Rooney no es tan estrella, y si tiras un pase al “automático”, posiblemente se vaya a cualquier parte, al fondo de la cancha o simplemente te la intercepte un rival. ¿Frustrante? Para un jugador neófito y tal vez con pocas habilidades para el fútbol, ciertamente que sí. Pero para un amante de un juego que busca hasta el detalle de lo que podría ser un partido de fútbol de verdad, PES 2011 es casi un verdadero simulador. Un fastidio eso sí.
PES 2011 incorpora pases en profundidad, proyecciones, tácticas, mejoramientos progresivos de experiencia en modo de copa y lo más importante, obliga al usuario a jugar con paciencia, con inteligencia y con calma. Se privilegia mucho una mejor estrategia, jugadores más talentosos y pases bien hechos, realizados viendo el esquema completo del campo. Lo poco y nada de arcade que le quedaba a PES 2010, en 2011 lo perdió completamente.
PES 2011 perdió el atractivo de ser un juego entretenido, ahora se convirtió en un verdadero simulador sobre la grama. Posiblemente esto acerque a muchos hacia el insufrible FIFA o posiblemente, se convierta en un reto muy complicado y testarudo de dominar, que engolosinará y obsesionará a otros.
¿Recomendable? Si te dan ganas de sufrir, rabiar, tirar el control varias veces al suelo cuando recibas derrota tras derrota y, por supuesto, si quieres jugar con alguno de los 3 equipos más grandes del país, entonces sí. Si buscas tirar la pelotita para adelante y hacer goles desde cualquier parte del campo, te recomiendo entonces el FIFA o el PES 2010.
¿Algo más? Claro, la gráfica está bastante mejorada, los movimientos de los jugadores son insufriblemente reales (la gravedad los afecta de verdad) y la música es bastante menos atractiva que en 2010, cuya banda sonora realmente era muy, muy entretenida.