Para muchos, Nintendo lo está haciendo todo mal. Incluso los más críticos han llegado a pregonar que “debiera nuevamente dedicarse a fabricar cartas”, como lo hacía en la época de post guerra.
Sin importar lo anterior, con un año fiscal con pérdidas por US$ 230 millones, baja en ventas de un 10% y con una consola que para los occidentales es “inentendible”, el rey de los videojuegos japoneses se jugará la vida este 10 de junio en la conferencia que realizará en el marco de la E3.
Nintendo Wii U ha demostrado, para los que aman, siguen y rinden pleitesía a Nintendo; que es una plataforma con potencial, pero claramente alejada de nuestros tiempos. Un hardware limitado que hace que las transiciones de menús y operatividad del sistema tarde minutos en concretarse, una estructura de red poco o nada útil, la consola por sí misma es más cara en promedio que la competencia, tiene un GamePad incómodo y con poca autonomía gracias a la inclusión en él de una segunda pantalla (aunque eso nos parece genial) y lo más importante, una casi inexistente gama de juegos que hace a la consola, poco llamativa.
Aun así Nintendo se tiene fe. Su CEO en reciente conferencia descartó la llegada de una nueva consola que permita colocarse a la par con Xbox One y PS4 y el razonamiento resulta lógico y prudente. “Creo que lanzar nuevo hardware no producirá buenos resultados mientras no aseguremos primero que aquellos que han comprado nuestras plataformas estén satisfechos”, dijo Satoru Iwata.
Por lo mismo, analistas esperan que para la E3, Iwata presente un contundente paquete de juegos que le den nuevo vigor a Wii U y ya se habla de por lo menos 4 a 6 nuevos títulos entre los que podrían estar: Starfox U, Legenda de Zelda U, Super Smash Bros, Bayonetta 2, Pokémon Rubi Omega y Zafiro Alfa, Sonic Boom, Yoshi’s Land, Metroid, Mario Party y Castlevania.
Nintendo sabe que el alto precio de la consola, un marketing inadecuado, casi nula compatibilidad multimedia y un pobre paquete de juegos tras su lanzamiento, sumado también a la limitante de una pobre, muy pobre capacidad de almacenamiento (8 GB para la Básica y 32 GB para la Premium), conspiraron para que quedara como una consola de nicho.
Si bien es cierto que Xbox 360, Xbox One, Play Station 3 y PlayStation 4 llevan años de ventaja sobre la U, Nintendo también entiende que posee algo que las demás no son capaces de ofrecer: Una experiencia digital y de entretenimiento familiar. Wii U, al igual que sus consolas predecesoras como Wii, NES, SNes y GameCube se caracterizaron por lanzar títulos propios, altamente adictivos, fáciles de adoptar y con una línea editorial que permite dejar a los pequeños jugando solos en casa cuando es necesario. No así con la competencia cuyos títulos son más para adolescentes y adultos (saludos te manda Grand Theft Auto).
Ante este panorama, Nintendo está en la encrucijada para levantar o enterrar definitivamente a su consola, con una obligación de potenciar su plataforma, revertir las pérdidas, aprender de este mal trago lleno de errores y equivocaciones al mirar un mercado que cambia segundo a segundo y, además, generar confianza en la industria para revertir esa “vuelta de espalda” que le dio entre otros, estudios como EA, quienes calificaron a la U como “una verdadera porquería”, como en algún minuto se escuchó a un ejecutivo al preguntarle por las bajas ventas de juegos y de la misma consola.
Faltan pocos días. Más información en http://e3.nintendo.com/