
Arribando al mercado chileno precedido de críticas mundiales que lo han llegado a calificar como “el mejor smartphone del año”, el nuevo Huawei Mate 10 Pro se estrenó en tiendas oficiales de la marca china el día 15 de diciembre, agotando el stock de 450 unidades en sólo 3 horas. Algo completamente impensado tomando en cuenta su valor ($ 699.900, unos USD $ 1110), las malas ventas que dejaron sus predecesores (Huawei Mate 9 y el Huawei P10) y -digámoslo-, el origen del equipo, que precisamente no es un iPhone, no es un Galaxy Note 8 y no es un Google Pixel.
Por eso, el gigante chino lanzó una potente campaña en redes sociales con sendas promociones ideadas para evitar fracasos, como la preventa del P10, con descuentos que llegaban hasta el 70% del valor, promociones que incluían regalos como el Huawei Watch 2 y sorteos para ser uno de los afortunados en conocer al embajador de la marca, el futbolista Alexis Sánchez. La artillería demostraba que esta vez, Huawei estaba dispuesta a todo con tal de dar el golpe. Y lo hizo.
El equipo, además, arribó a Chile con buenas críticas a nivel mundial, donde expertos y usuarios han visto mejoras sustanciales en el Mate 10 Pro que, al menos en el catálogo, promete ser la culminación de años de esfuerzo en una historia que comenzó hace 17 años, cuando la china fabricaba equipos clonados de Cisco de iluminación de fibra óptica y que incluso funcionaban mejor que el original y costaban la tercera parte.
Los Antecedentes
El Mate 9, lanzado en noviembre de 2016 fue un gran paso. Un equipo robusto, funcional, perfecto desde el punto de vista en la unión entre máquina y software y entre eficiencia y autonomía. Para los que fuimos usuarios, era prácticamente imposible “matarlo” con el uso intensivo del día. Su algoritmo básico de “Inteligencia Artificial”, permitía reconocer rutinas del usuario para optimizar procesos, limpiar caché de sistema y salvaguardar la salud de la batería. Huawei prometía en foros técnicos y ante la prensa, que los usuarios, al cabo de un año, sentirían que su teléfono se comportaría igual que el primer día. Dicho y hecho. Fue una realidad.
Por otro lado, el Huawei Mate 9, también recibió con el paso del tiempo, ciertas críticas. Un diseño obsoleto que recordaba los momentos austeros (por no decir baratos y desechables) de hace unos 3 años atrás del gigante chino, accesorios de mala calidad, gran tamaño, gran peso y ausencia de actualizaciones.
Para dejar atrás las tintas a medias, Huawei decidió jugársela con todo en el país y estrenó el Mate 10 Pro, el “hermano del medio” de la familia de los Phablets que están caracterizados por el Mate 10 Lite, el Mate 10, el Mate 10 Pro y el Mate 10 Porsche Design (este último con precios en Estados Unidos pueden llegar a costar sobre los USD $ 1600).
Probamos las dos unidades disponibles en el mercado. El BLA-L09 (color negro, único SIM) y el BLA-L29 (color cobre, dual sim). Ambos presentan características que en el papel son perfectas, pero que a la luz de la propaganda y el precio, le queda mucho camino para andar. Su software sin actualizaciones (la prometida para diciembre sólo ha sido liberada para el modelo de doble sim) no está lo suficientemente optimizado para cumplir con el máximo rendimiento y con la promesa que Huawei le hizo a sus compradores: Más potencia, más estabilidad, una mejor experiencia y mayor autonomía de batería.
Potencia interna
Al contrario de su hermano menor y a su predecesor, el Mate 10 Pro cuenta con una potente memoria ram de 6 GB de alta velocidad (adiós a cualquier atisbo de cansancio en la máquina), un nuevo procesador HiSilicon Kirin 970 (creado y fabricado por Huawei), gráficos Mali-G72 MP12 y un almacenamiento de 128 GB. No permite tarjetas de expansión adicionales, ya que Huawei dictaminó que, para este segmento, los usuarios tenemos espacio de sobra para guardar todo (si claro). Claramente una postura un poco soberbia de parte del gigante chino.
Diseño exterior
Huawei entendió bien las tendencias de hoy. Al menos el 15% al 20% de los usuarios están dispuestos a comprar equipos de alta gama y por lo mismo, las exigencias en este mercado donde son otros los gigantes que roncan, no son menores. Por lo mismo, trabajó durante casi 18 meses en redefinir al sucesor de la familia de Phablets Mate, dándole un aspecto más elegante, con acabados más finos y con terminaciones que son hoy estándares en este segmento. El resultado, es un equipo que pesa 12 gramos menos; es 4,4 mm más angosto y 2.7 mm más corto que el Mate 9. Y haciendo la comparación en mano, la diferencia en la manipulación del equipo es abismal.
Los aluminios en exceso fueron reemplazados por una estructura sellada que protege al equipo (por fin) contra salpicaduras y polvo con norma IP67. Todo esto, está adosado a cristal Gorilla Glass clase 5, tanto en el frontis como en la parte trasera.
La pantalla es esta vez OLED con capacidad HDR y resolución 2160×1080, que no destaca para nada por su detalle, brillo ni nitidez, algo que si podíamos apreciar mejor en el Huawei Mate 9 y que definitivamente, se ve infinitamente mejor en el Samsung Galaxy Note 8, línea que sigue dando cátedra justamente en un asunto no menor para los usuarios: calidad y resolución del frontal.
Si es importante reconocer que Huawei hizo grandes esfuerzos por tratar de quedar en línea con la tendencia de la gama, logrando que los marcos del panel sean mínimos, lo que compensa en parte un display bastante más pequeño que el de su predecesor (los abuelitos cortos de vista reclamarán por este hecho).
Comportamiento
Al momento de darle un uso intensivo, el Mate 10 no pasó la barrera de las 12 horas en los primeros días, algo que sí podía hacer el Mate 9, logrando llegar a las 18 sin problemas y de manera holgada. Siendo justos, lo atribuimos a que el sistema de IA que incluye el equipo (y que controla procesos, optimiza recursos, batería y también, le entrega un mejor rendimiento a la cámara) no ha logrado “aprender” lo suficiente como para controlarlo todo, algo que también vivimos al menos durante las 4 primeras semanas con su antecesor.
Aun asi, el drenaje de la batería fue brutal. Como puedes ver en las fotos adjuntas, aplicaciones que no deberían cuestionar el rendimiento fueron las responsables, al igual que la pantalla.
El caso del display es un tema digno de analizar. Si bien cuenta con tecnología OLED, las imágenes no son de buena calidad, la gama tonal es bastante pobre y lo más molesto es su falta de brillo, algo que si destacaba el Mate 9.
Adicionalmente, la IA estaría siendo la responsable de forzar la adaptación de los blancos a las condiciones ambientales. Esto puede verse en el trabajo con documentos o el ingreso a internet, donde la pantalla baja su resolución y brillo de manera deliberada a pesar que tenemos desmarcadas las acciones de autogestión.
En cuanto a rendimiento general, el Mate 10 es una verdadera máquina. Carga su sistema operativo en apenas 15 segundos (lo probamos con 50 apps instaladas). Las transiciones entre aplicaciones no tienen ninguna latencia. La invocación de menús y ventanas es instantánea y la experiencia de trabajar sobre Android 8.0 Oreo es superior. Sin duda es lo mejor del Mate 10.
Accesorios y sorpresas

Sigue siendo la parte “fea” de Huawei. Tras la eliminación del jack de audífonos de 3,5mm, el gigante chino entrega unos auriculares digitales que se conectan directamente al puerto USB-C del equipo, único conector con que cuenta y que sin duda será la parte más utilizada del Mate 10 durante su vida útil.
Si bien no tienen aislación de sonido ni tampoco incluyen cancelación de ruido activo o pasivo, los manos libres del Mate 10 son sorprendentes, ya que están optimizados para entregar una gama de frecuencias que es difícil de sentir cuando escuchas música con un buen auricular analógico. Con esto no estamos diciendo que son buenos, pero definitivamente no son nada de malos.
Otro punto destacable es que Huawei decidió invertir en un ecualizador paramétrico de 10 bandas, efectos de sonido 3D y refuerzo de bajos. Aunque jamás va a lograr la profundidad de audio que ofrecen los Sony Xperia, la sola incorporación de esta característica, mejora ostensiblemente la experiencia de usuario y también, el audio de aplicaciones de terceros como Deezer o Spotify, sumado a que la configuración señalada también controla el audio hacia dispositivos externos mediante Bluetooth. Hace algunos meses en foros de discusión se filtró que Yamaha estaba trabajando para Huawei en desarrollar un paquete de mejoras. Si esto fue verdad, al menos para este modelo, lo que verás es un desarrollo propio de la empresa china, que al menos, funciona mucho mejor que en el Mate 9, que no tenía nada.
Al igual que su predecesor, el Mate 10 Pro no incluye carga por contacto (incluye cable USB-C), y tampoco incorpora la aplicación de radio FM. En esta oportunidad, suma el “Modo PC”, que permite trabajar con una pantalla externa conectándola mediante USB-C a HDMI.
El sistema Super Charge mantiene márgenes de carga de 1% de batería por cada 40 segundos, hasta llegar a 70%, donde el software ralentiza el amperaje para no dañar las celdas de litio polímero
Fotografía y video
La sensación que nos deja el Huawei Mate 10 Pro es que el gigante chino va por buen camino. Tras haber probado por un año la impresentable cámara dual del Mate 9, el sucesor muestra que sus fotos son más vívidas y coloridas, el video en 4K es de muy buena calidad y la velocidad de obturación y disparo son casi instantáneas.
Al hacer una comparativa, la cámara híbrida de 20 MP del Mate 10 Pro, muestra en parte los mismos problemas de la familia: Captaciones erráticas de luz, mal estabilizador de imagen, movimiento en las fotos de noche y resultados algo descoloridos frente a la realidad del entorno. Huawei al insistir en desarrollar sus propios sensores y procesadores de imagen digital (chipset fotográfico), intenta de manera cosmética entregar resultados superiores, algo que en cierta manera se logra y en otras, resulta un desastre, gracias a grandes volúmenes de contraste y decoloración forzada que intentan dar una falsa idea de mayor definición en el cuadro.
La cámara frontal por su parte deja mucho (pero mucho) que desear. Fotos granuladas, borrosas y quemadas, son la tónica para sacarse selfies sin ninguna posibilidad que nos veamos mejor en la foto.
Parea aclarar más las cosas, dejamos varios ejemplos y comparativas.
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cof
A la izquierda foto tomada en modo automático con el Huawei Mate 9 y a la derecha con el Mate 10 Pro. Se ven mejores resultados gracias a una mejor apertura. Sin embargo, la sensación borrosa y saturada del sensor fotográfico de Huawei, demuestra que quedan muchos asuntos que mejorar.
sdr
cof
El mismo ejercicio, con condiciones de luz similares en retrato. El Mate 10 Pro (foto derecha), muestra colores más vividos, mejor uso de la luz y mayor definición final. La IA satura el color para compensar el exceso de luz de la tienda donde sacamos esta foto.
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ptr
En foto de mascotas, el Mate 10 Pro (derecha) gana en definición, aunque empobrece los colores y la saturación en comparación con el Mate 9 (izquierda), que intentaba mantener una tonalidad más cercana a la original, aunque sin tanta pulcritud en el detalle de la definición

Selfie con luz artificial blanca led. Los colores se notan pálidos, hay una pobre definición y la imagen se muestra borrosa

Esta es una selfie con poca luz. Muy poca definición y completamente borrosa, lo que demuestra el punto más débil del Mate 10 Pro: Su cámara frontal de 8 MP.

Foto en primer plano con escasa luz y en modo automático. La cámara se marea un poco al no saber que objeto priorizar. Los colores se muestran poco vívidos y algo desenfocados.

Toma nocturna general sin flash. Sorprende la calidad de la foto donde demuestra que se hizo un esfuerzo por superar las graves falencias fotográficas del Huawei Mate 9. El Mate 10 Pro muestra una gran gama de colores, aunque sigue sin poder enfocar adecuadamente. El estabilizador óptico apoya, pero tampoco resulta ser de gran ayuda.

Fotografía en un día de verano a las 15 horas, sin nubes, en exterior y a la sombra. La cámara del Mate 10 Pro no sabe ecualizar correctamente los colores, mientras que el enfoque hace que en ciertas zonas se pierda la definición y se queme ligeramente (parte superior sobre las cajas). Su falta de gama o color, hace que esta foto sea perfectamente reconocible como una toma en un día de invierno.

Modo mascota: La IA del Mate 10 Pro reconoce sin problemas el escenario. Sin embargo frente a fondos saturados, tiende automáticamente a decolocar el resultado global.
La definición y el detalle resultan impactantes, mostrando así el potencial de su cámara dual. Sin embargo, el procesador de imagen digital muestra errores en la construcción de la imagen, redefiniendo ciertos tramos de la foto en una interpretación errónea de la captura fotoeléctrica. El caso más claro es la zona posterior de la oreja del gato, que se ve desenfocada, casi como si fuera un efecto especial.
Consideraciones finales
Aspectos como contar con Android 8, una pantalla 18:9 de 6», un potente procesador, memoria ram para regalar, un chip de IA para el apoyo de tareas y batería de 4 mil mAh, hacen que en papel, el Mate 10 de Huawei sea el candidato más serio a ocupar el sillón del mejor celular del año. Otros aspectos como un desarrollo fotográfico a medias, falencias como el no contar con expansión de memoria, una pantalla pobre con brillo errático adaptativo y que no es posible controlarlo a discreción, pérdida de tamaño de pantalla (ancho) y selfies impresentables, hacen notar que Huawei está trabajando por mejorar en cada modelo, pero que aun le queda un largo camino que recorrer en la búsqueda de la perfección.